Dominar a los demás es una fácil ilusión. Dominarse a si mismo es una dura realidad.
El trabajo que aumenta las necesidades es vano. El que las disminuye es sagrado.
El mundo practica el primero. Los sabios ayudan al segundo.
Lo propio de la verdad es que se basta a si misma. Aquel que la posee no intenta convencer a nadie. El esta en el error intenta imponerlo a los demás.
El que posee la verdad se esfuerza en aplicarla a si mismo.
Es la señal que no engaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario